El futuro de la industrialización. Los límites que no debemos sobrepasar.
Lamentablemente, una definición realista que le podemos atribuir al concepto de economía es una, superficialmente, dualista. Por un lado, podemos encontrar una manufactura interdependiente entre actores, y por otro, las actividades de consumo que la acompañan. En un mundo idílico, podríamos concebir la economía como un sistema que procura el bienestar social en todos sus sentidos. Con el fin de conseguir esto, está cada vez más claro que la reintroducción de la industria es algo esencial.
Aun así, desde los inicios de la primera Revolución Industrial hasta la actualidad, la sociedad industrializada ha sido caracterizada, primordialmente, por sistemas económicos problemáticos, que nos han hecho preguntar en qué momento los intereses cuestionables de unos pocos empezaron a servir como sustituto de un bien común, lo cual ha tenido y sigue teniendo consecuencias negativas tanto para el bienestar humano como para el medio ambiente.
Kate Raworth, autora de Economía Rosquilla (2017), nos indica el problema: "He aquí el dilema: ningún país ha erradicado nunca las privaciones humanas sin una economía creciente. Y ningún país ha erradicado nunca la degradación ecológica con esa misma economía."
Este trabajo discute, a partir de una investigación teórica y un fotolibro, que si buscamos lograr un futuro industrial que priorice el bienestar común, es esencial establecer unos límites que protejan tanto a aquellas personas que vivimos dentro del sistema, como el medio ambiente, el cual nos proporciona la materia prima necesaria para la manufactura.
Acompañado por mi cámara analógica de formato medio, he visitado los invernaderos plásticos y campos agroindustriales de Almería, las canteras de mármol de Murcia y establecimientos de trabajadores "de sueldo en sueldo" de Madrid. Mi reportaje fotográfico busca mostrar estos lugares y paisajes marginados por el poder económico, la actividad extractiva y la indiferencia que los actores líderes de estas actividades tienen hacia el mundo natural.
En conclusión, aunque la reindustrialización en el continente europeo es esencial, es muy importante señalar que la única razón por esta vuelta a la industria es para promover una sociedad que no sobrepase los límites ecológicos y tampoco desgaste las bases sociales humanas. Mediante la serie fotográfica adjunta, como evidencia física, y esta investigación teórica, promuevo la necesidad de implantar fronteras tanto sociales como planetarias con el fin de conseguir un desarrollo sostenible.